Quinientos millones de palabras después
Quinientos millones de palabras después
“En Barcelona, mi residencia, a veintinueve de enero de mil novecientos noventa y nueve, ante mí, (…), Notario del Ilustre Colegio Notarial de Cataluña, comparece (…) Don Michael Scholand, mayor de edad, de nacionalidad alemana, vecino de Barcelona con domicilio en la calle Calabria (…)”,
Con estas palabras empieza la escritura de constitución de STAR Servicios Lingüísticos, y así empezó todo, hace ahora exactamente 20 años. El acta tiene 22 páginas, de las cuales no menos de siete relatan con detalle los bienes muebles y su valor que, a falta de otro capital, aporté a la sociedad. Un ordenador AMD K6 233 valorado en 194 645 pesetas, un módem 26 K valorado en 4 250 pesetas, muebles, y, sobre todo, diccionarios, mis queridos diccionarios: el New Collins Concise Dictionary, el Oxford Duden Pictorial Dictionary English-Spanish, el Diccionario de términos equívocos, el de la Técnica Industrial ERNST, el Slabý/Grossmann, el María Moliner, una enciclopedia Larousse en 27 tomos y un largo etcétera.
Aporté todo lo que tenía y también me aporté a mí mismo, sin saber fijar mi propio valor y, sobre todo, sin saber – siendo traductor – lo que se me venía encima, como socio y administrador único de una empresa. Sin ingenuidad, no hay aventura; sin riesgo, no hay premio.
Hoy, veinte años después, es hora de sacar algunas conclusiones de aquella aventura y del trabajo de estas dos décadas.
Hemos traducido quinientos millones de palabras; maquetado miles y miles de páginas; interpretado cientos de horas en congresos, conferencias y reuniones comerciales; alineado innumerables segmentos; transcrito audios y subtitulado numerosos vídeos; redactado mucho contenido; creado y gestionado una ingente cantidad de terminología; e, incluso, compilado preguntas y respuestas para el juego de mesa Trivial Pursuit.
Hemos establecido la marca STAR en España, contribuyendo a dar a conocer la tecnología de traducción y gestión terminológica asistida, instalando la memoria de traducción de STAR, Transit, en múltiples universidades, haciendo presentaciones, dando conferencias e impartiendo clases a estudiantes y cursos de Train the Trainer a docentes.
Hemos crecido de una forma continua y sostenida, añadiendo cada vez más servicios y combinaciones lingüísticas a nuestra paleta de soluciones, desarrollando simultáneamente estructuras y procesos para optimizar el trabajo. En los peores años de la crisis, del 2008 al 2009 nos subimos al tren de la calidad, certificándonos en la UNE-EN 15038 y la ISO 9001. Además nos aventuramos a desarrollar un sistema de gestión de proyectos de traducción que nada tiene que envidiar a los TMS que dominan el mercado en la actualidad.
El crecimiento, el bienestar generado, los desarrollos y los certificados y haber superado la crisis han sido hitos importantes solo posibles gracias al componente humano.
Por la empresa han pasado más de cien personas, sobre todo traductores y gestores, y muchos de ellos colaboran hoy con nosotros como autónomos. Hemos impartido miles y miles de horas de formación; tanto a nivel interno, como formación continua, como a nivel externo, en forma de cursos impartidos por parte del personal de la empresa en numerosas universidades y cursos de traducción técnica diseñados por nosotros. Tres empleados se doctoraron durante su estancia con nosotros y muchos más, recién salidos de la facultad, se ganaron los galones en STAR. Sigo el paso de muchos y, para mí, una de las cosas más satisfactorias es saber que prácticamente todos los que han pasado por STAR Servicios Lingüísticos han salido muy bien equipados y han sabido buscarse un hueco en el mundo profesional de la comunicación multilingüe.
Siempre me ha parecido que la empresa privada tiene una deuda con la sociedad porque es el entorno el que hace posible que la empresa pueda llevar a cabo su actividad. Y ¿existe forma mejor de devolver esta deuda, si no es mediante la formación de buenos profesionales para nuestro sector?
Traduciendo el software y la documentación de la versión 2.7 de Transit al catalán en el 2005, con un grupo de estudiantes de la UAB dirigidos por nuestra directora de IT, contribuimos a la normalización lingüística del catalán. Fue un proyecto ejemplar de colaboración entre empresa privada y universidad en pro de la formación y preparación para la vida profesional de los estudiantes.
A lo largo de los años las personas que han pasado por la empresa han creado una cultura, una cultura basada en valores: el respeto por la diversidad, la igualdad de oportunidades, el trabajo en equipo, el espíritu de servicio, la generosidad a la hora de compartir conocimiento. Esta cultura no impuesta ha crecido, nutrido e implantado por las personas con las que he trabajado y trabajo. Una cultura basada también en tradiciones como la de celebrar todos los cumpleaños con un “desayuning” en la cocina, la taza con fotos de la plantilla para la gente que nos deja, la cena de Navidad, el amigo invisible y en el 2018 una subida a Sant Jeroni en Montserrat para rendir homenaje al Santo Patrón del gremio de traductores y traductoras que tras el éxito deseamos seguir repitiendo. Detecto esta cultura como uno de los pilares de la empresa. Asimismo mi impresión es que cada persona nueva que entra por nuestra puerta la adopta y la hace suya con gratitud.
Durante todos estos años, además de administrar la empresa, he traducido, revisado, gestionado proyectos. He estado involucrado en el diseño de software, en la elaboración de un sistema de gestión de calidad y he ejercido de terminólogo, informático, formador, docente, conferenciante, bloguero, comercial y técnico de soporte, ah, sí, y también de electricista, carpintero, empleado de la mudanza y psicólogo. Me parece que hay pocas ocupaciones tan variadas y enriquecedoras como ser el administrador de una pequeña empresa de traducción.
Lo que queda es agradecimiento por lo vivido y lo aprendido. Gracias a todos los que me han acompañado y que siguen acompañándome en este camino... que se ha hecho al andar.
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